La adolescencia es el período en el que se producen grandes cambios, tanto fisiológicos como psicológicos. El cuerpo cambia con las funciones propias de la reproducción y la sexualidad se reactiva. El adolescente busca construirse una nueva identidad que será determinante en su vida de adulto. Estos cambios traen aparejadas perturbaciones emocionales, en particular aumentando las emociones negativas como la depresión, la ansiedad, la pereza, el estrés y la agresividad.
El encuentro con la sexualidad es siempre traumático, y este despertar a la sexualidad adulta produce en los adolescentes sorpresa y angustia, es algo para lo que no están preparados, no tienen explicación, no tienen palabras, no saben que hacer.
La adolescencia es también un momento de desencuentro con los padres. El adolescente ahora rechaza las identificaciones familiares y encuentra unas nuevas en los grupos. Las identificaciones a grupos socializan, pero son muy frágiles y cambiantes, y no terminan de dar respuesta a las dudas y preguntas del adolescente. Los grupos son necesarios para el adolescente, pero no todos son aconsejables, ni tampoco muchas de las compañías que encuentra en ellos.
En el tratamiento se ofrece al adolescente un lugar de escucha en el que se van a acoger sus conflictos y sus temores para ayudarle a situarse en este nuevo orden esta construyendo.
Los principales síntomas por los que se acude a consulta son:
Problemas de conducta
Ansiedad, estrés
Depresión, tristeza
Fobias y Miedos
Trastornos de alimentación (anorexia, bulimia, obesidad…)
Consumo de sustancias (alcohol, drogas)
Dificultades escolares
Acoso escolar (Bullying).
Trastornos del sueño
Trastornos psicosomáticos
Violencia